Rios de Miel.

Escalan mis manos sobre tu cuerpo,
Mis manos recorren  la miel sobre tu piel,
Pausados mis ojos debilitan mis sentidos,
Mi mirada se posa sobre tus hombros.

Baja pausadamente el licor de mi brebaje,
Llegando mis dedos a comprender,
Que se puede entrelazar de placer,

Cierro los ojos y... me masajeas,
Siento que tus dedos me besan,
Siento que me te acaricio tus espacios,
Donde mis manos te recorren despacio.

Siento que acaricio cada uno de tus poros,
Besando las facciones de tu hermoso rostro,
Naufrago al conducir en las aguas del mar de tu boca,
Tiemblas al mirar mis ojos y me dices me vuelves loca.

Siento tus latidos acelerados en mi pecho,
El ritmo de tu corazón empieza a perder la razón,
Señalo el camino de tu vientre ardiente,
Ascendiendo y descendiendo los senderos de tu corazón.

Me posees en la timidez de tenerte,
Siento me envuelves en tus brazos para quererme,
Siento tus caricias estremecerme,
Y me detengo con mis labios ardientes,
Hasta llegar a tu hermoso vientre,
y fundirnos en uno rio de miel y placer.

Una Rosa nacio de ti.

La esperanza es la flor de tu raíz,
que mantengo vivo el fruto de ti,
un aire de hermosos deseos de una flor,
que enloquece mis sentidos del amor,

Cuantas sequias más tendré que pasar?
Para que nuestro amor pueda cambiar?
Si pudiéramos amarte con sinceridad,
de eso hoy te quiero hablar.

Si tan solo me dejaras a ti llegar,
y gozar de tu belleza natural,
si en tus sueños me dejaras entrar,
hermosas flores de ti volverían a brotar.

Ya es un hecho...; es en verdad,
que estos momentos se vuelvan realidad,
para algunos no existes,
para otros es un juego, y eso es triste.

Quiero saciar el afán de esta sed de amar,
de morder tus labios profundos al besar,
navegar en tu cuerpo una vez más,
y perder ante ti mi instinto animal,
humedeciendo mi propia supervivencia.

 Ya no hay nada que valga más la pena,
esa esencia de sexualidad pura que observa,
al desnudo del Sol salir para cubrir,
lo que habita dentro de ti,
tu esencia vuelve a enamorarme de ti.

Ohh Rosa mía, brotas llena de hojas,
son oleajes de fuego y pasión de ti misma,
Desde tus pies a tu diminuta cintura,

Siembras mis cosechas una noche más.
Acariciando con tu manos la verdad,
De una piel, un mismo sentido, un latido,
que solo piensa estar contigo.